Un viejo puente de madera, que en realidad es más que nuevo y un cielo nublado a la puesta de sol que disuelve cada rayito y lo tumba suavemente sobre la madera abierta y áspera atravesada por clavos esos clavos nuevos que la atan al suelo y guiarán nuestros pasos por encima.
Archivo de enero 2012 |
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