En ocasiones, una puesta de sol cuando el cereal brota, saca unos colores dorados y verdes del campo de los que es difícil no acordarse. No lo olvidé y una tarde de primavera a la que el sol estira de las sombras y dora los campos me eché la cámara al cuello y algunas fotos han salido adelante.
Antonio majo, últimamente no me prodigo mucho por el blog, quizá por falta de tiempo, quizá porque llevo una vida muy poco tranquila que no me permite deterneme en algunas cosas tanto como me gustaría. Sin embargo tus fotos me siguen alegrando el día que las recibo, así que mucho ánimo y adelante con ello.
Un abrazo
Muy bonita, de verdad
Me uno al comentario de Amoral: “tus fotos me siguen alegrando el día que las recibo”. Gracias, majo.