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picolobo

8:00. Niebla densa, (mal asunto para hacer fotos 🙁 ). Me recogen para salir camino de La Pinilla, la estación de esquí, en cinco minutos volvíamos porque se me habían olvidado los bastones y hoy me iban a hacer falta, al recogerlos del coche me doy cuenta de que durante la noche, me habían robado la antena de la radio,… panda de hijos de tal.

Llegamos a la Pinilla, con el cielo absolutamente despejado (buen asunto para hacer fotos 🙂 ).  El plan es subir a mi ritmo, ya que los otros tres que vienen conmigo son atletas de triatlón con experiencia, así que para mi, su ritmo es devastador, no podría seguirles,… pero subimos a mi ritmo, y parando de vez en cuando para que la D300 capturase unos paisajes nevados indescriptibles. Aparecer por una loma nevada y ver kilómetros de montaña nevada iluminada por el sol con el cielo azul y los cristales de hielo reflejando en mil colores se puede describir, pero no lo que sientes al verlo por primera vez. Estás a más de 2.000 metros de altitud, sobre los 2 a 3 grados bajo cero, sudando como un animal, cansado, con el sol encima tuyo sin dejarte ver el visor de la cámara, y te sientes grande (por ser capaz de llegar hasta ese punto) y muy muy pequeño (porque en ese punto todo es muy muy grande). Esto es para verlo y sentirlo, las fotos ayudan, pero no es suficiente, hay que estar allí.

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