La primera idea era pasar el fin de semana en la playa, y salir a navegar con Fran, cuando las previsiones del tiempo advertían de lluvia y marejadas cambiamos los planes. Así pues, ya de camino nos cuentan por teléfono que en la playa está cayendo la mundial y algo más, y el caso es que nos cayeron algunas gotas sobre el coche que confirmaban que playa, playa, como quien dice playa no ibamos a tener playa.
La cuestión es que llegamos a la orillita misma y nos encontramos con este pedazo de vista, con el cielo perfectamente azul y despejado. Buceamos un poquito, con el agua sorprendentemente tibia y cristalina, comimos y andamos por la zona,… pero esta es la calita en la que primero “re-calamos”.