Veranito, piscina en casa con unos buenos amigos, y el sol pintando el sol de rojo las nubes. No sólo el cielo sino también el reflejo de las nubes en la piscina, y con el agua tranquila la foto estaba pidiendo a gritos que no se perdiera,… y ahí estaba yo.
No hace mucho tiempo, mi amigo Ángel me preguntaba por unas fotos en otoño y en si había captado esa “luz del otoño”. Pues este año la vi, la busqué, la encontré, la capturé y la tengo para que la podáis ver.
Encontré este viejo nogal en una ladera con el sol un tanto escurridizo, había demasiadas nubes y poco ángulo para que llegara hasta mi, así que me tocó meterme dentro y esperar a que el sol proyectará sobre las hojas amarillas y con ello captar esa “luz del otoño”, cálida y cariñosa y que tanto nos gusta.
Aunque tarde, este año también tendremos otoño: las hojas de los arboles se van poniendo amarillas, algunas se dejarán caer en amarillo, otras se pondrán rojas y ocres antes de cubrir el suelo. Las viñas tienen colores verdes, amarillos y rojos y duran ya unos cuantos días, porque como no ha helado, no se ponen rojas y se secan y se caen en dos días. Estos días el campo tiene unos colores distintos y muy bellos que seguramente nos gustan tanto por su brevedad, porque duran unos pocos días. No los dejemos escapar, que cuando las hojas caigan al suelo, tardarán otro año en volverse a poner amarillas.
Por el título ya se intuye que habrá más de una de girasoles, esta es la primera, de un buen rato esperando a que el cielo nos diera algunos tonos cálidos.
La foto es una composición de varias tomas, disparadas en vertical y posteriormente reveladas, sin ningún tratamiento, y finalmente compuestas con el software de generación de panorámicas de Microsoft, el famoso ICE.
El último puntito es que en alguna parte que se veía o intuía el corte de las tomas ha sido necesario un poquito de clonado y “tiritado”.
Hemos tenido unas puestas de sol muy bellas este verano. Con poquitas nubes, con el sol muy grande,… con muchos colores en el cielo.
Pero como tantas tantas hemos visto, al final todas las hemos visto o adivinado sin llevar ninguna cámara encima,… así que al final y con prisas el último de vacaciones en Tubilla, nos tocó correr y si bien las fotos no son estupendas, la puesta de sol la disfrutamos nosotros.
Una puesta de sol de un día frío en primavera tiene además de frío unos colores que solo se ven en esas fechas con eso,… mucho frío.
El agua es azul oscuro, porqu el cielo es azul oscuro, pero el sol en la puesta está dorado y anaranjado. Buena combinación sin duda.
En Agosto de 2010 (¡cómo pasa el tiempo!) desde esta misma ubicación un día de nubecitas hice unas fotos a un campo de girasoles contra las nubes en la crítica hora de la puesta de sol.
Teniendo que elegir entre Ventano del Diablo, Ciudad Encantada y nacieminto del río Cuervo, optamos por ver un par de cositas y disfrutar de la puesta de sol.
En algunos momentos el sol se reflejaba en las lentes del objetivo y hacía efectos raros. Así que girando un poquito la perspectiva y no pillando nada de sol los colores de las nubes pintados a trazos por el sol daban colores cálidos para engañar al cuerpo, porque decir que hacía frío es poco decir.
En ocasiones, una puesta de sol cuando el cereal brota, saca unos colores dorados y verdes del campo de los que es difícil no acordarse. No lo olvidé y una tarde de primavera a la que el sol estira de las sombras y dora los campos me eché la cámara al cuello y algunas fotos han salido adelante.
Las puestas de Sol tienen el encanto de perseguirlas, esperarlas, encontrártelas, descubrirlas o simplemente disfrutarlas. En más de una ocasión buscando otra cosa,… como es el caso de esta foto, en que lo que no nos importaba era el sol sino las estrellas (y la luna) lo que nos encontramos es un espectáculo en el cielo que no se puede dejar de contar y mostrar a los amigos.