En muchas ocasiones tenemos escenas muy bellas delante de los ojos y no sabemos reconocerlas, yo de hecho me estoy dando cuenta que la vista que tengo desde el balcón de casa ha tenido muchas,… muchas cosas que enseñar, y muchas os las he enseñado.
Esta es la vista desde la azotea de la casita rural de esta pasada semana santa. Si la vista desde la habitación era tremenda la vista desde el tejado es impresionante. Todo el valle a mis pies, monte y pinos esperando la llegada del verano, cobijando a todas las alimañas del bosque para darle vida y color.
Siempre pedimos que el hotel tenga buenas vistas, que si la playa, que si algún parque, da un poco igual, pero que se vea “mundo” delante nuestro, que no sean ladrillos. Pues tras unos días de casa rural con unos cuantos buenos amigos, pasarlo bien y hacer una estupenda dieta de colesterol (muy rica en colesterol), tengo algunas fotos que enseñaros de lo que se veía desde la ventana de mi habitación de la casita rural “La Higuera” en un sitio en donde no había ni cobertura de móvil ni carreteras para llegar con el GPS, un verdadero lujo, incluso nevó en la última noche.